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sábado, 21 de noviembre de 2020

12.- Cortijo de Miñarro. Alhendín.



En Alhendín encontramos las ruinas del Cortijo Miñarro, si bien siempre nos preguntamos cual habrá sido la historia de estos lugares abandonados en esta ocasión, gracias a la colaboración de mi inestimable amigo Eduardo Prados Cervilla, así como al trabajo realizado por Antonio Fernández Morales, podemos traer al menos una serie de datos y un pequeño resumen de la historia de este lugar. 




El nombre de Cortijo Miñarro le viene por la familia que fue propietario durante siglos de este lugar, los Miñarro una familia de origen castellano que se asienta en estas tierras en el siglo XVI y que forma parte de una serie de familias  que durante siglos gobernaron la vega de Granada. 



En 1520 aparece el nombre de Cristóbal Miñarro Robles abad de la Iglesia del Salvador de Granada y que casa con Elvira Sánchez Cristóbal, fundó capellanía en Alhendín, nombrando como administrador a uno de sus hijos, de ahí durante siglos fueron ocupando los cargos más importantes de la villa. 




En el siglo XVII en Alhendín hay varias familias que ostentan el poder, junto a los Miñarro, están los Benavides, Ortiz, Vara o Luque además de una familia que desde la Zubia se instala en Alhendín vía casamiento los Fernández-Cortacero. Durante más de 200 años estas familias se irán  cruzando entre ellos, prevaleciendo siempre de esta manera el control del poder económico y religioso de esta zona. 




Los Miñarro emparentan con los Fernández-Cortacero, así en el siglo XVII encontramos a Diego Fernández Cortacero Miñarro. 



Ya en el siglo XVIII aparece una nueva familia, los Osuna y Juan de Dios Osuna casa con María de la Concepción Fernández Cortacero. Esta familias es en el año 1780 la encargada del cortijo Miñarro. Nace de este matrimonio Melchor Osuna Fernández Cortacero que casa con Mª de las Angustias Suarez Ruiz en primeras nupcias y con Mª Concepción Serrano Fernández en segundas. Naciendo de este Matrimonio Manuel Osuna Serrano. 




Manuel Osuna Serrano se casa con Teresa Montes de Castro y no tiene descendencia  fallece en el año 1930 legando sus bienes a la fundación que lleva su nombre. Su viuda casó en segundas nupcias pero tampoco tuvo descendencia. 




Con esta fundación llegamos a los que fueron los últimos habitantes del Cortijo Miñarro y que gracias a la memoria de una de sus últimas habitantes podemos recrear en parte la vida de este Cortijo, trabajo como ya he mencionado realizado por Antonio Fernández Morales y cuyo enlace pondré al final del texto. 



Antonio Linares se hace guarda del cortijo que pertenece a la Fundación "Purísima Concepción" legada por Manuel Osuna y que regenta Juan Romero Martínez esposo de la viuda Dña. Teresa Montes de Castro. 




Antonio Linares vivió en el Cortijo desde principios el siglo XX hasta los años 50 con su familia, su mujer Dolores y sus cinco hijos; Conchi (la narradora de la historia de la que extraigo este breve resumen) y sus hermanos, Chon, Lica, Carmela y Antonio. 



Este Cortijo era de los más importantes de la comarca junto con otros como Santa Pudia, Marchalejo o Frontiles, tenían gallinas, cabras, ovejas, cerdos, tierras de secano y algo de regadío. Para ello contaban con agua de un Aljibe , el Aljibe de Miñarro que aún a fecha de hoy se mantiene en pie gracias a las restauraciones realizadas en el año 2009, no como el Cortijo que lamentablemente se encuentra en un estado de abandono. 





Cuenta Conchi como de pequeñas iban a lavar al arroyo que hay junto al Cortijo Marchalejo, como en aquellos años de niñez, llovía todo el santo día, que todas las tierras estaban llenan de agricultores y que en el Cortijo había mucha vida. 




Hace referencia a como incluso los Guardias Civiles que debían de hacer ronda por todas las cortijadas de la comarca, elegían pasar más noches en este Cortijo que en otros. San Marcos era un día muy especial cuando muchísimos habitantes de Alhendín subían a pasar el día. Igualmente las Nochebuenas se celebraban como de antiguo con gran fiesta en familia. 




 Para comer contaban con todo lo que el campo daba, más las dos matanzas que se hacían al año, pan lo hacían en Alhendín y lo compraban cada quince días, e incluso comían pescado, pues bajaban a la carretera y se lo compraban a los pescadores que desde la Costa subían a repartir por el Temple. 

Como todo en la vida al final y sobre los años 50, los padres de Conchi se fueron a vivir a Alhendín en busca de mayores comodidades. Si bien el Cortijo en principio se lo quedó su hermana Carmela y su marido al tiempo lo dejaron y se lo cogió una familia de Otura que estuvo poco tiempo y lo dejó. Al final llegó el abandono y desgraciadamente el expolio de todo cuanto había de valor, haciendo que en poco tiempo quedara en ruinas. 




La historia de este Cortijo es similar a la de muchos otros que encontramos en el Temple cada uno con sus pequeñas peculiaridades, no sabemos la titularidad actual del Cortijo, aunque sí sabemos porque así se ve que no son más que unas ruinas con las que poco se puede hacer. 

Llegar a las ruinas del Cortijo es muy fácil, cogemos la carretera que desde el Suspiro del Moro nos lleva a la Malahá y antes de llegar a la primera rotonda en la que hay unas naves de señalización y reparación de carreteras hay un camino a mano derecha que nos lleva al Cortijo. Precisamente en esa rotonda está el Cortijo Marchalejo y el arroyo marchalejo, lugar dónde nuestros últimos habitantes realizaban la colada de la ropa. 

Para esta entrada agradecer el trabajo cuyo enlace dejo abajo y de dónde se ha sacado la mayor parte de la información. 

https://drive.google.com/file/d/1787MQsmNCjHvC-a8eG3MTSZEmFaQEN_Z/view?usp=sharing


Y como siempre puedes ver su ubicación en nuestro MAPA DE CORTIJOS ABANDONADOS

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