El Cortijo de la Escribana, se encuentra junto a las más primitivas y antiguas canteras de piedra que daban la piedra necesaria para la construcción de los edificios religiosos de la Granada del siglo XVI. Históricamente a esta piedra y canteras se las conocían como Santa Pudia, otra cortijada en ruinas de la que ya hablaremos en este blog.
El cortijo de la Escribana parcialmente y a fecha de hoy sigue en uso con las tareas agrícolas de todos los campos que hay en su entorno. Sin embargo también quedan las ruinas del más de los primitivos cortijos que hubo en el enclave. Casi con total seguridad, los animales que iban a cargar a las canteras, así como los arrieros que se encargaban de las bestias, pasaban noche aquí, antes de iniciar camino hacia Granada cargados de piedras con las primeras luces del alba. Desde aquí partía un camino que llevaba hasta la capital y que tendría que tener un constante desnivel de bajada, hemos intentado dar con esa ruta, pero tenemos pequeñas lagunas en la zona de la Casa Colorada, desde luego el camino llegaría a Alhendín y de ahí a Armilla y Granada.
En el cortijo el elemento más característico y significativo que encontramos es su aljibe, el aljibe de la Escribana que es muy similar a otros aljibes que encontramos en la comarca del Temple, como son el de Miñarro, La Malahá o Inca.
Aljibe |
Inscripción de 1877 |
Primitiva cantera. |
Y como siempre podéis ver su ubicación con el número 31 en nuestro mapa de cortijos abandonados.
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